La enfermedad de Cushing se caracteriza por aumento del cortisol , que trae los síntomas y signos típicos de la enfermedad:
Si y No. Hay medicaciones que pueden bajar los niveles de Cortisol que produce la glándula suprarrenal, pero estas medicaciones NO tienen ningún efecto sobre la hipófisis. La que se utiliza nuestro país es el KETOCONAZOL (conocido como antimicótico).
En general se utilizan en pacientes que ya fueron operados y/o irradiados y que siguen con exceso de cortisol.
Es necesario monitorear la droga para verificar si la dosis es efectiva, a través del Cortisol libre urinario (CLU) y estar seguros que los niveles de cortisol no estén por debajo del normal a través de la medición del cortisol matinal.
El ketoconazol produce náuseas, vómitos y alteraciones de la función hepática, por lo que se aconseja un hepatograma antes de recibir la medicación y posteriormente un monitoreo periódico de la función hepática durante la administración de la misma. Si el paciente desarrolla astenia e ictericia es necesario suspender la medicación y realizar estudios de función hepática rápidamente.
Es el mejor resultado que se puede esperar luego de la cirugía del Cushing. Quiere decir que el tumor fue extirpado completamente y que el resto de la glándula normal aún está inhibida o “dormida”. Puede llevar meses para que se reanude la función hipofisaria normal Mientras tanto el paciente debe recibir corticoides (hidrotisona) para protegerse de la insuficiencia adrenal.
Posteriormente, la necesidad de continuar con el tratamiento se determinará a través de estudios en sangre. Si la persona recibe crónicamente corticoides debe tener una identificación en la que figure que es un paciente que recibe y necesita corticoides ante cualquier situación de stress.